miércoles, 20 de octubre de 2010

Efecto Stewie

Ajá, esto que expresaré será algo tan común que seguramente todos los lectores de esta dispersa pluma lo han hecho. Hoy, sólo me dedicaré a compartir este fenómeno con ustedes mientras le pongo un nombre basándome en una de las grandes fuentes inspiradoras de la filosofía del comportamiento humano, la difícil serie: Family Guy

¿En qué consiste este fenómeno psicoamorosocial? Bien, les gusta alguien, le gustan de regreso, intensean un rato (pueden salir o no, pero el factor “intensez” debe estar presente), tienen algunas riñas ásperas y/o “te quieros” básicos y blandos, llega la aparente distancia, se buscan, se encuentran, se esconden, se aparecen -de lejos-, corren, se asoman y en eso ...¡Sacarriácatelas!, la contraparte está saliendo con alguien más... es un TRAIDOR (pus sí, ¿¡pa'qué te asomas!? ).
¿Reacción? Hay un abánico de soluciones sanas, pero la mayoría elije la torcida: “Jalemos la correa”. Para ello aplicas la 165 “ UPDATES” si  no hay efecto evidente, llevas a cabo la 345 ”El buen amigo”, ya si de plano nada funciona hacemos la compra de pánico..., la 876 “Te extraño”.

Por fin, lo logramos, lo tenemos de vuelta, el enemigo está en la mira y... la mira es nuestra. Nos llama -no importa el medio-  ganamos la batalla. Lo tenemos en nuestras manos, le dimos panecito para que viniera y... ya está aquí face to face.

¿Qué haces? Lo que cualquier persona estropeada hace.

LA CAGAS u_u

A esto le llamaremos... el efecto Stewie (véase video adjunto)

martes, 19 de octubre de 2010

Threesome

Casi todo en esta vida se nos ha dado en pares cuasi perfectos. Desde el Arca de Noe, la mayorìa de las alegorìas de perfecciòn equilibrada asì lo marcan y nosotros buscamos reproducir el patrón, pero, también buscamos -entre otras cosas- transgredir ciertos perfiles que asumimos por default. La razón: llevar la contra.

En las relaciones de "Pareja", la pareja (sí, de dos) busca como resultado el equilibrio de DOS en un universo donde la múltitud de sentimientos vs razones hacen también su lucha y, por si fuera poco, esa senda del "amor" también puede tener topes muy altos y mal puestos.

No sé si a todos les pase, pero yo tengo cierta tendencia enferma y revoltosa a jugarle a la Celestina. ¿Por qué? No sé. Es como jugar memoria, descubres cartitas y las quieres poner en par. Hasta ahí, todo bien, salvo que esa pareja (ajá, de DOS) quiera incluir a alguien más en la relación, a la amiga-confidente.


Las fichas están saliendo, ella está en la etapa “me rehuso a ser su novia porque tiene el dedo meñique con la uña ligéramente más delgada que el resto de los dedos”. Y él... Él... el inocente está aparente y brutalmente enamorado.

¿Cómo es que sé ambas partes? La Celestina, en estos casos, es como un narrador omnisciente, lo sabe TO-DO.

Él, poco menos que pisa el piso sobre el que ella camina. Ella sólo habla de él cuando se le pregunta y sus líneas acerca del tema son tan cortas como su interés por él. Ella no le llama porque ni guardó su phone y, según ella, se ven de vez en vez -no porque busque un acercamiento- sino porque las casualidades de los amigos en común hacen lo propio.

El conflicto es, ¿cómo se le explica al chico que, en primer lugar, se está haciendo historias subalternas? Él cree que sabe todo lo relacionado a lo que ella piensa, siente y quiere. Le justifica todo con pretextos blandos.

Bueno, a la Celestina (la tercera en un par) no le queda otra que decirle que no es que ella ponga distancia por hacerse desear, ni que finja tener otra relación sólo para hacer el proceso más interesante, simplemente, She's just NOT that in to you, dude. Esa chica a la que por momentos odias porque no puedes “atrapar”, no quiere ser atrapada.

Mujer, mujer... el diablo está aquí en la puerta

El Diablo es una figura que, de entrada, provoca sentimientos encontrados, te espanta y te atrae. Te invita a conocer esos lados oscuros, te...