domingo, 18 de febrero de 2018

No te salves

No te quedes inmóvil 
al borde del camino 
no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca                 
no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo
pero sí  pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
                    entonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti

jueves, 15 de febrero de 2018

Insumos


A amar también se aprende.
Gabriel García Márquez


Todos tenemos algo que dar, pero también algo que pedir o quitar. Digamos que, mientras cada quien va llevando con cuidado sus insumos, otros vivarachos quieren quitar a otros un poco de peso a la carga hurtando algunas bondades para sus carencias.

Organizamos, algo así, como un Mercado con Trueque:

-¿Qué necesitas? ¿Aceptación? Muy bien, te la doy si me das sexo.
-¿Cómo? ¿Te hacen falta una amiga? No importa, puedo pretender que me importas si me llevas a todos lados como "Uberfriend"

La lista es larga:

Compañía por belleza; Belleza por novia; Novia por Admiración; Admiración por Compañía; Compañía por Sumisión;  Sumisión por Dinero; Dinero por Matrimonio; Matrimonio por Patrocinio; Patrocinio por Sexo; Sexo por Amor; Amor por sexo; Sexo por hijos; Hijos por Obstrucción; Obstrucción por Celos, etcétera, etcétera, etcétera.



A veces la vida se convierte en un infinito intercambio de regalos.


Nos volvemos intercambiables. A unos les damos pan, de otros tenemos circo y así, sucesivamente, nos movemos por el mundo como en una especie de intercambio de carencias y virtudes.

#Isallfulloflove?

miércoles, 14 de febrero de 2018

El encuentro

Dos puntos que se atraen, no tienen porqué elegir forzosamente la recta. Claro que es el procedimiento más corto. Pero hay quienes prefieren el infinito.

Las personas caen unas en brazos de otras sin detallar la aventura. Cuando mucho, avanzan en zigzag. Pero una vez en la meta corrigen en la desviación y se acoplan. Tan brusco amor es un choque, y los que así se afrontaron son devueltos al punto de partida por un efecto de culata. Demasiados proyectiles, su camino al revés los incrusta de nuevo, repasando el cañón, en un cartucho sin pólvora.

De vez en cuando, una pareja se aparta de esta regla invariable. Su propósito es francamente lineal, y no carece de rectitud. Misteriosamente, optan por el laberinto.

No pueden vivir separados. Ésta es su única certeza, y van a perderla buscándose. Cuando uno de ellos comete un error y provoca el encuentro, el otro finge no darse cuenta y pasa sin saludar.


Juan José Arreola

Mujer, mujer... el diablo está aquí en la puerta

El Diablo es una figura que, de entrada, provoca sentimientos encontrados, te espanta y te atrae. Te invita a conocer esos lados oscuros, te...