miércoles, 20 de abril de 2011

¿Lover o Stalker?

Muchas veces, resultado del enamoramiento y como parte del ritual de apareamiento, nos preguntamos cosas relativamente simples, de novatos. En palabras de códigos más escuetos -cuando realmente nos gusta alguien- “nos apendejamos”.

Somos víctimas de nuestros propios monodiálogos, a veces, hacemos públicos estos coloquios internos involucrando a otros incautos -ajá, para eso son nuestros amigos- quienes escuchan la mayoría de nuestras frágiles reculadas: Ayer lo vi, ¿le hablaré?; Le mandé un mensaje y no contestó, ¿le mando otro?; Lo invito a salir o ¿crees que debo esperar a que él/ella lo haga?, entre otras inacabables preguntas. Admito que mis amigos y yo hacemos estas preguntas cuando llega alguien quien, en su momento, nos parece importante, pero (porque casi todo en la vida tiene un pero) ¿será que una vez instalado en este perfil hay sólo hay una delgada línea que nos separa de un stalker?

Últimamente, he visto casos severos SFSC (Síndrome de Falta de Sentido Común) por no llamar “Acoso”. En uno, ella –a quien llamaremos Nadie-después de ser cortada por severos episodios de celos excesivos, críticas infundadas a sus amigos cercanos y berrinches para apartar a su ahora exnovio de algunos de sus círculos, decide obtener -a través de una pormenorizada revisión de Twitter y Facebook, llamadas telefónicas, mails, llamadas ebrias, mails ebrios y demás indagaciones de resaca- información “fiable”. Se hacen presentes algunas frustraciones, más berrinches, más frustraciones, más estados ebrios y, cuando se pensaba que se había llegado al límite, se juntaron todas las anteriores en un berrinche donde ella estaba ebria y desató su frustración a golpes. Resultado: rasguños varios, una úlcera, un pan pa’l susto, varias provocaciones verbales, muchos “pero es que yo te quiero”, golpes dispersos, penas ajenas y una camisa rota.

Después de que los papás de la Nadie recogieron del suelo la poca dignidad que quedaba de su hija (ajá, los papás). Ella llamó como si nada hubiera pasado al susodicho, éste la mandó al diablo y ella juró en un arranque de berrinche y por mail, no volverlo a buscar. FIN … o quizá no.

¿Por qué pongo en tela de juicio la palabra de Nadie? Muy fácil, un ex a quien no le contesto mensajes, mails, llamadas telefónicas ni demás indicios de comunicación desde hace casi TRES años (cuando le dije: “y no me llames porque no te voy a contestar”) aun llama, a pesar de no obtener respuesta alguna. Pregunta por mí, habla de mí con amigos en común, sabe dónde vivo, dónde trabajo, con quién ando y dónde ando con él. Lo que no sé es si éste funciona como un caso aislado y muy personal de “stalkeo” o si así es el patrón de todos los que sufren de SFSC vinculado con TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo)

Ustedes qué dicen, ¿Nadie regresará a romperle otra camisa?

¡Se abren las apuestas!

martes, 12 de abril de 2011

Nostalgias ajenas

Hoy me eres tan ajeno, que pareciera que nunca hubo un te extraño ¿Dónde está ella que tu corazón me quita?  ¿Cómo la encaro si entre sombras la buscas y la encuentras para ti? La sacas de cenizas, la evocas como a un fénix.
 
Me sostengo al fantasearte, me derrumbo al verte en vivo. Te noto así, con ganas de ella. Me usas a mí antojo, y de tus antojos no soy parte. Lloró a ratos. Te odio luego. Me cuestas trabajo, no en las noches que seduzco, sino en las mañanas, cuando no te dejo ir. 

No miento, me distraen más brazos -que a tu lado son poco-, esperando que un día, mis pocos brazos se aniden más en ti.

Mujer, mujer... el diablo está aquí en la puerta

El Diablo es una figura que, de entrada, provoca sentimientos encontrados, te espanta y te atrae. Te invita a conocer esos lados oscuros, te...